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—¿Qué? —gritó uno de los guardias, y los dos se acercaron a mirar. En efecto, podía verse cómo desde el horizonte se acercaba una enorme masa de gente, portando estandartes y banderas blancas, y engullendo todo a su paso y cubriéndolo de luz y color.
—¡No es posible! —gritó el otro vigía, llevándose las manos a la cabeza—. ¿Cómo es que no los hemos visto antes? ¡Pronto estarán delante de nuestras narices!
—¡Al fin ha empezado! —clamó Ícaro Xerxes, ignorando las subsiguientes exteriorizaciones sobre si necesitaban gafas o no—. ¡La guerra contra el Bien da comienzo! Debo ir a avisar al Gran Emperador inmediatamente.
Y dicho esto giró sobre sus talones y se dirigió de nuevo hacia la escalera sin prestar más atención a los vigías. Estos lo siguieron con la vista mientras ascendía por el retorcido camino que llevaba al Fuerte Oscuro, perseguido de cerca por un perro rabioso que corría como alma que lleva el diablo.
—¿Tú crees que soy miope? —se preguntó aún uno de los guardias.
—No te preocupes ahora por eso —lo atajó el otro—. ¿Crees que deberíamos ir a dar parte de que se acercan los ejércitos del Bien?
—Pero si ya ha ido ese —protestó el primero. Los dos se miraron confusos, y echaron otro vistazo a las huestes benignas que se acercaban. Parecían proceder de Aguascristalinas, aunque otra mirada los hizo darse cuenta de que iguales masas blancas habían salido de otras ciudades cercanas.
—¡Estamos perdidos! —gritó el segundo guardia—. ¡Nos van a masacrar! Deberíamos salir corriendo y salvar nuestro pellejo mientras todavía no es demasiado tarde…
—¿De qué hablas? —le espetó el segundo—. ¿Salir corriendo hacia dónde? ¡Estamos rodeados por todas partes!
—¿Y si nos vestimos de druidas benignos, y…? —comenzó a sugerir el primero.
—¡Espera! —lo interrumpió el segundo, señalando algo que ocurría en la lejanía—. ¡Mira eso!
Los dos vigías se asomaron otra vez por la baranda, desconcertados. En efecto, la fuerza perlada que había salido de Aguascristalinas acababa de torcer el rumbo hacia Valleamor.
Así que todo empieza otra vez… La lucha entre el Bien y el Mal…Valleamor, Xerxes, Ícaro… Por todos lados nos llegan signos que nos dicen que vamos por el camino correcto.
Seguiré leyendo. Gracias.
Resurrección
Así es: ¡la lucha empieza de nuevo! Aunque veremos quién acaba en qué bando…