El Fuerte Oscuro de Kil-Kyron · Capítulo 81

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—¿Cómo? —exclamó Adda—. ¿Qué queréis decir? ¿Quiénes son los Neutrales?

Beredik emitió una tosecilla, y comenzó a narrar. Mientras tanto, los encorbatados seguían atravesando el ejército maligno, y los más avanzados comenzaban a rodear a Marinina y a Ícaro Xerxes.

—Hace muchísimos años, en el continente vivían en armonía tres facciones: los partidarios del Bien, los del Mal, y los que no tomaban partido por ninguno de los dos: los Neutrales. El mundo era muy variado; por todas partes, los territorios del Bien eran luminosos y alegres, mientras que las zonas controladas por el Mal eran oscuras y tenebrosas. También estaban los terrenos neutrales, salpicados aquí y allá, que eran grises, y que no se adherían ni a la doctrina maligna ni a la benigna, sino a su propio modo de vida que llamaban «equilibrado».

»Entonces, un día, los partidarios del Bien y de la Oscuridad comenzaron a pelearse. El conflicto creció muy rápidamente, y pronto empezó la guerra. Todos los terrenos benignos, que antes estaban dispersados por el paisaje, se unieron para hacer frente a sus enemigos; y lo mismo hicieron los malignos. Ambas partes instigaron a los terrenos neutrales a que se unieran a su causa, pero estos insistieron en mantenerse estrictamente fuera de la discusión.

»Sin embargo, las otras dos facciones se dieron cuenta pronto de que no podían unificar adecuadamente sus territorios, porque los terrenos neutrales estaban en medio. Esto no podían permitirlo, y continuaron tratando de conquistarlos o convencerles para que se pasaran a su bando con aún más ahínco que antes; así que los Neutrales, sin pretenderlo, se encontraron atrapados en mitad de la guerra en la que se negaban a participar.

»Nadie sabía cómo acabaría aquello; y, un buen día, los altos mandos neutrales tomaron una decisión drástica. Reunieron a toda su población, y, casi de la noche a la mañana, se marcharon… y nadie supo a dónde. Sus territorios amanecieron vacíos, con solo las cosas que voluntariamente habían dejado atrás en ellos; y fueron rápidamente ocupados por las fuerzas malignas o benignas más cercanas, que tenían cosas más importantes de las que preocuparse que el nuevo paradero de los Neutrales.

»Las guerras entre el Bien y el Mal continuaron y se encrudecieron, y dieron forma a la historia que todos conocéis; y nadie volvió a saber nada más de los Neutrales, o pudo averiguar a dónde se fueron… hasta el día de hoy.

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