—Yo escuché el otro día una cosa de unos implantes —rememoró Edri, como quien no quiere la cosa—. A un tipo al que le birlé el teledatáfono; iba hablando sobre la fabricación de unos implantes, que no avanzaba lo suficiente…
—¿Dónde escuchaste eso? —preguntó Godorik, con la mosca detrás de la oreja—. ¿Y a quién?
—Creo que fue en el nivel 17 —murmuró Edri—. Era un tipo que iba hablando por el teledatáfono, y parecía muy alterado. Decía algo así, que no se estaban fabricando suficientes implantes y que a ese ritmo no podrían avanzar con el plan… me acuerdo porque me llamó la atención; no pensaba que en la ciudad hicieran falta tantos implantes como para tener que fabricar muchos. ¡Si conseguir una licencia de cyborgización es imposible!
Godorik frunció el ceño, muy interesado.
—¿Qué más escuchaste? —quiso saber.
—Nada más, porque después de eso le di el tirón al aparato —se rió la chica.
—¿Lo tienes todavía?
—No, qué va. Ya lo vendí.
Él resopló, decepcionado.
—¿Por qué? —preguntó Edri—. ¿Es importante?
—Escucha —dijo a eso Godorik—, vosotros os movéis por muchos niveles diferentes, ¿verdad?
—Sí. Pero ¿qué es lo que pasa?
—Os he dicho que estoy investigando un complot relacionado con unos implantes —explicó Godorik—. Necesito todas las pistas posibles. Si volvéis a escuchar algo por el estilo, ¿podríais informarme?
Ran gruñó algo incomprensible.