Godorik, el magnífico · Página 120

Lo había vuelto a pensar, y estaba casi seguro de que podía contar con la ayuda de Keriv; pero quizás lo mejor era no hacerlo. Podía entrar en la oficina sin problemas, igual que había entrado ya en tantos otros sitios, y más cuando esta la conocía bien, así que no había necesidad de involucrar al pobre pelirrojo. Como mucho, eso solo podía buscarle problemas; y no le proporcionaba ninguna ventaja, puesto que Godorik estaba seguro de que, si Gidolet y compañía habían registrado una patente en aquel día funesto, sería perfectamente capaz de encontrarla él solo.

En cualquier caso, lo que más le convenía era ir de noche, y Keriv no estaría allí de todas maneras.

Subió al nivel 14 con más cautela de la que ya tenía por habitual. Lo conocía bien (había subido allí a trabajar todos los días durante muchos años), pero justamente por eso el volver ahora que lo buscaba la policía le daba mala espina. Sin embargo, cuando se encontró frente al edificio de la oficina de patentes, al que no había vuelto desde que le dispararon, se sintió como si hubiera vuelto a casa.

—No debería haberme metido donde no me llamaban —gruñó para sí—. Si me hubiera quedado tranquilo en casita, todo esto ahora sería problema de otro.

Por supuesto, también estaba la posibilidad de que, si él se hubiera quedado en casita, todo esto fuese en aquel momento problema de nadie, y tarde o temprano la ciudad tuviese que enfrentarse a una catástrofe que probablemente le afectaría a él también. Pero Godorik no estaba como para considerar eso una ventaja de su situación.

Entró al edificio por la puerta trasera del tercer piso, que comúnmente alguien se «olvidaba» de cerrar con llave, y que los empleados usaban para volver a la oficina durante las horas de cierre oficial sin tener que esgrimir una identificación frente al lector de la entrada principal. (Al fin y al cabo, el que la Computadora se tomase la molestia de registrarlo todo estaba muy bien y reforzaba la seguridad de la ciudad, pero ¿quién quería tener posiblemente que explicarle a la Computadora que se había dejado la chaqueta dentro?, ¿o que se había olvidado de apagar tal y cual máquina que llevaban horas consumiendo luz y haciendo desbarajustes con los archivos? Aunque, después de su experiencia en el nivel 25, Godorik estaba cada vez menos seguro de que la Computadora prestase alguna atención a esa clase de cosas.)

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